Villava, o Atarrabia en Euskera, tiene la categoría histórica de Villa y es un municipio de la Comunidad Foral de Navarra. Está 4,3 km al noreste de la capital de la comunidad, Pamplona, formando parte de su área metropolitana. Su población en 2017 fue de 10 217 habitantes (INE) y su término municipal tiene una superficie de 1,06 km² siendo el de menor tamaño de Navarra, por lo que su densidad de población es muy alta.
La localidad ocupa un espacio abierto y llano a ambas orillas del río Ulzama. Villava (y el conjunto que forma, sin discontinuidad, con Arre y Burlada) constituye la puerta de entrada a Pamplona para los peregrinos que descienden por el Camino Francés desde Roncesvalles, del que dista 35 kilómetros, o sea, una jornada de camino, odos para quien se lo toma con más calma. Su Albergue Municipal en un lugar de reposo casi obligado, sobre todo teniendo en cuenta que para llegar hasta Pamplona hay que ascender hasta la meseta donde se sitúa la Pamplona histórica.
Parece evidente el influjo que ha tenido este “primer itinerario cultural europeo” en el desarrollo de la villa, pues el Camino la atraviesa de un extremo a otro, y la calle por la que transcurre, no por casualidad, es la Calle Mayor.
Villava aunque estuvo habitada anteriormente, es en 1184 cuando el rey Sancho VI el Sabio creó, junto a la aldea de Atarrabia, la villa de Villava (“Villa noua”), otorgando a sus habitantes el mismo fuero que disfrutaban los habitantes del burgo nuevo de San Nicolás de Pamplona. Teobaldo II, poco después de subir al trono en 1254 confirmó sus fueros.
Según algunos historiadores Villava fue un barrio de la Iglesia de San Nicolás y después de la parroquia de San Cernin o San Saturnino de la que dista media legua y tiene por armas las mismas que la última iglesia de quien era dependiente. Así, no es extraño que en 1593 el Concejo afirmara que “la dicha villa de Villava siempre ha sido y es tenida por barrio de dicha ciudad a la cual ha imitado e imita cuanto puede en sus usos y costumbres”. Desde el siglo XV (1462 Juan II le otorga asiento en las cortes) y hasta 1828 Villava será una de las buenas villas del reino.
En 1405 los villaveses cedieron el patronazgo de la Iglesia de San Andrés al rey Carlos III, quien lo traspasó al Monasterio de Roncesvalles.
Villava era un lugar de paso, el típico pueblo-calle y cruce de vías que conducen al norte de Navarra y Francia. Durante toda la Edad Media y hasta mitades del siglo XVII, la villa perteneció a la merindad de Sangüesa, pasando en la época señalada a pertenecer a la merindad de Pamplona o de las Montañas.
La villa era gobernada por un alcalde y dos jurados elegidos por el batzarre o concejo. Tras la conquista de Navarra (1512), dichos alcaldes serían nombrados por el Virrey de entre los tres vecinos propuestos por la villa. Tras las reformas municipales 1835-1845 quedó como ayuntamiento de régimen común.
Los Siglos XIV y XV fueron nefastos (de mortandad y pobreza) para la villa. La situación mejora en el siglo XVI, crece la población y la prosperidad económica se evidencia en la construcción de la iglesia parroquial, el Ayuntamiento y el molino principal. De los siglos XVII y XVIII se tiene escaso conocimiento.
A finales del siglo XVIII contaba con dos molinos harineros, un batán y una escuela de primeras letras.
En el siglo XIX la villa será escenario bélico y su población participará en las guerras que arrastrarán la Revolución Francesa y las guerras carlistas. A consecuencia el casco urbano quedará derruido y se producirá la desamortización de las propiedades del Monasterio de Roncesvalles.
Superadas las diferentes guerras que tan desastrosas consecuencias dejaron en la localidad, se inicia el período de industrialización con la construcción de la primera gran fábrica papelera en 1841, antecesora de la actual Papelera Española – ONENA. A esta seguirían otras empresas dedicadas a la construcción de carruajes, fabricación de licores, vinos aguardientes, harinas, maderas, cartón, más recientemente empresas mecánicas y plásticas y en los últimos años la creación de un polígono industrial.
A comienzos del siglo XX se mejoran las comunicaciones. Así, se construye el ferrocarril eléctrico Irati que viajaba de Pamplona a Sangüesa. De esta manera se va configurando un núcleo industrial que atrae, inicialmente, habitantes de otras zonas de Navarra, y posteriormente del resto del Estado, motivo por el cual la población de Villava se multiplica por diez en el espacio de un siglo.
Esto, unido a la proximidad a Pamplona, hace que Villava se convierta en una zona residencial y urbana. Se aborda simultáneamente la expansión urbana hasta concluir con la práctica edificación del término municipal.
Como consecuencia de este proceso de transformación de una buena villa a un pueblo donde sus habitantes son fundamentalmente de origen urbano, se está iniciando un proceso de reeuskaldunización para recuperar el Euskera, que ha ido siendo sustituido por el castellano de forma progresiva en los últimos 150 años.
Una fuerte personalidad diferencia Villava de los municipios cercanos haciendo de esta villa un lugar singular.
Monumentos
CIVILES
ROLLO
Levantado en el siglo XV o XVI probablemente en el emplazamiento que actualmente ocupa, esta columna toscana de 2,24 metros es un símbolo jurisdiccional y de libertad comunal de la villa de Villava. Es posible también, aunque no hay testimonios, que fuera utilizada como picota o lugar de ejecución.
A mediados de la pasada centuria, convertido en calvario o cruz de término, fue trasladada cerca del Puente de San Andrés. En 1990 este monumento fue recuperado y, desprovisto de añadidos posteriores, devuelto a su emplazamiento originario donde contribuye a ornamentar uno de los puntos neurálgicos de la villa.
PUENTE DE LA TRININDAD (ARRE)
La basílica de la Trinidad se levanta junto a un antiguo puente medieval de seis arcos sobre el río Ulzama. Hoy restaurado pero es de posible origen romano. Cerca de este se encuentra el actual “Albergue de peregrinos“.
Precisamente en una viña anexa a la ermita fueron encontradas en 1583 dos láminas de bronce con inscripciones latinas fechadas en los siglos I y II d.C.
Denominado a mediados del siglo XIII “puente de Atarrabia”, permitía salvar el río Ulzama a la antigua calzada romana y posteriormente al camino de Santiago que proveniente de Roncesvalles conduce a la capital navarra.
Este puente fue cortado en su tramo central durante la última Guerra Carlista (1873-1876) y no fue restaurado hasta 1963.
MONUMENTO A SANCHO VI EL SABIO
Se encuentra en la calle Mayor junto al Ayuntamiento, y fue erigido en 1984 con motivo de la conmemoración del VIII Centenario del otorgamiento del fuero a la villa. Consta de un busto de Sancho VI el Sabio, obra del escultor aezkotarra Rota, colocado sobre un bloque con una inscripción trilingüe (latín original, euskara y castellano) que recoge parte del texto del fuero.
El conjunto se completa con una pérgola, un mosaico que reproduce el escudo de Villava y ocho columnas exentas que representan cada uno de los siglos transcurridos desde el evento recordado.
ESCUELA DE PERITOS AGRÍCOLAS
Casi ya en el término de Burlada, se alza este monumental edificio construido simultáneamente al Casino Besta Jira, con el que muestra evidentes similitudes constructivas. La Diputación Foral de Navarra encargó en 1912 al arquitecto José Yárnoz su construcción, destinado inicialmente al Palacio del Congreso Nacional de Viticultura que para conmemorar el VII Centenario de la batalla de las Navas de Tolosa se desarrolló en el mes de julio de ese año.
El Palacio fue visitado por el rey de España, Alfonso XIII.
En 1914 fue convertido en “Escuela de Peritos Agrícolas”, su destino hasta la actualidad, si bien con el traslado de esta Escuela Universitaria a la UPNA el Gobierno de Navarra ha decidido dedicar el edificio a sede de diversos institutos del Departamento de Agricultura y Ganadería.
FRONTÓN DE ATARRABIA
Es uno de los más conocidos edificios de la localidad y, sin duda, el que más singularmente la representa.
Construido por el municipio en 1931, fue uno de los primeros frontones cubiertos de Navarra y escenario de los mejores partidos pelotazales de cada época.
En 1958 fue reformado sustancialmente, desapareciendo uno de los pisos de gradas y adquiriendo el aspecto actual.
CASA MOTZA
este curioso edificio de fachada renacentista, conocido en su época como “Palacio de Andosilla”, fue construido hacia 1558 por Pedro de Andosilla El Mayor, Oficial de Corte y Almirante de Villava. Su portada consiste en un arco de medio punto con dovelas en forma de diamante que aloja la puerta, enmarcado todo ello en dos columnas estriadas sobre plinton y culminadas por un frontón en cuyo interior aparece al blasón de la familia.
El constructor aparece junto a su esposa, Francisca de Solchaga, en dos medallones tallados a ambos lados de la puerta.
Los Andosilla, como almirantes de la villa, disfrutaban de preeminencias en los actos religiosos y tal vez de ello derive el hecho de que la imagen de San Miguel de Aralar pernocte en ella cuando llega a Villava en su peregrinar por los pueblos de Navarra.
BESTA JIRA (DOMINICOS)
Este bello edificio fue construido en 1911 por iniciativa de las familias burguesas de Pamplona, que deseaban tener un moderno casino-restaurante como lugar de esparcimiento.
Este “Casino Besta Jira” (en euskara “alrededor de la fiesta”), que escandalizó por su vida licenciosa a la tradicional población de Villava, tuvo una corta existencia, y en 1915 fue adquirido por los padres dominicos que lo ampliaron y destinaron a Colegio (“Berrio Ochoa”) y Seminario Misionero, siendo posteriormente destinado a “Ikastola” hasta hace escasos cursos.
Por iniciativa de los Padres Dominicos, la antigua capilla fue restaurada y abierta nuevamente al público bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario. Destacan de sus detalles constructivos, además del elogiable respeto a la traza original, unas magníficas vidrieras obra del dominico villavés Domingo Iturgaiz.
ENTORNO DE EL BATÁN DE VILLAVA
El Batán está situado en uno de los parajes más interesantes del Parque Fluvial. Al interés del edificio se suma el atractivo del salto de agua de la Trinidad, la belleza del puente románico, la cercana confluencia del Arga y el Ultzama y el Molino de San Andrés. Un recorrido por el entorno es una oferta idónea para una salida de mañana o tarde.
¿Conoces el Batán?
En el emplazamiento ocupado actualmente por el Batán, los monjes de Roncesvalles, propietarios del terreno, erigieron un molino harinero en el siglo XII. En 1544, se ampliaron las instalaciones con un batán hidráulico o molino trapero para enfurtir e impermeabilizar tejidos. Desde mediados del siglo XIX, el edificio se dedicó a la fabricación de pasta de papel a partir de tejidos usados y más tarde, de madera de pino. De esta época datan la chimenea, la presa y el primer tramo del canal que daba servicio a la fábrica situada aguas abajo. Un interesante conjunto de arqueología industrial.
Centro de Información y Educación Ambiental del Batán de Villava
El Batán de Villava ofrece una exposición permanente sobre el Parque Fluvial, la réplica de la maquinaria del antiguo batán, que reproduce el proceso tradicional de abatanado de paños, exposiciones temporales, audiovisuales, un rincón para los y las más pequeñas y visitas guiadas para conocer la historia del edificio y el Parque Fluvial de la Comarca.
RELIGIOSOS
ERMITA DE SANTÍSIMA TRINIDAD
Junto al puente medieval de seis arcos sobre el río Ulzama, se encuentra el actual “Albergue de peregrinos“ gestionado por los Hermanos Maristas, que en su día se destinara a Ermita en devoción a la “Santísima Trinidad”, convento y hospital. Se trata de un conjunto que conserva el ábside románico de una iglesia del siglo XIII aunque no existe documentación escrita de este edificio hasta el siglo XVI, dependiente de Roncesvalles, periodo en el que contaba con 622 clérigos.15 (La Trinidad esta en término de Arre, Ezcabarte).
La ermita aunque de estilo románico tardío (S XIII) está muy reformada y actualmente solo conserva el ábside original, e incluso este se encuentra prácticamente oculto por el albergue de peregrinos y la vivienda de los Maristas. El ábside o cabecera está dividido en 5 lienzos por contrafuertes y está cubierto por una bóveda de horno. En los lienzos se observan ventanales de medio punto, permitiendo dos de ellos el paso de luz al interior de la ermita. El interior está formado por una nave de tres tramos abovedada en cañón y paredes enlucidas. La portada de acceso es también de medio punto y está debajo de un gran pórtico que sustenta la vivienda Marista.
IGLESIA DE SAN ANDRÉS
Iniciada en estilo renacentista a mediados del siglo XVI, el moderno edificio católico actual, situado junto al Ayuntamiento, data de la segunda mitad del siglo XX y conserva de aquella primitiva construcción la “Capilla de la Soledad”, de planta circular y realizada a finales del siglo XVIII.